Durante mi etapa de consultora, cuando ibas a un cliente siempre había algo que fallaba: alguien de equipo -nuestro o del cliente -que estaba empezando y sabía poco, o alguien que estaba quemado y o se implicaba, si no era eso, las máquinas no iban, y si no, el proyecto estaba mal dimensionado o era cualquier otra cosa. El caso es que siempre había algo que te provocaba dolores de cabeza.
Ahora, mi nuevo yo vive la misma experiencia. Gracias a Dios, los problemas no son de personas, de actitudes o de dedicación. Esto nos sobra a Ana y a mi. Tampoco son los clientes: tenemos la inmensa suerte de tener unos clientes encantadores.
Pero todo aquello que no depende de nosotras, que necesitamos que trabajen terceros, es un sufrimiento constante. Cuando no son las cintas las que fallan en la trama, son los colores y las tintadas o los plazos de entrega. Cuando no tenemos problemas con las cintas, los tenemos con el plateado de las fornituras que, no se sabe muy bien porqué, fallan y se retrasa la entrega de piezas días y días.
Ahora estamos con las costuras. El zapatero que nos cose lo hace perfecto, pero lentísimo. Parte del trabajo - lo que se puede coser con una máquina doméstica- lo hemos sacado fuera, pero hay costuras que requieren una máquina de zapatero. La lentitud del señor que cose provoca dos problemas:
- Un estrés de muerte con los plazos de entrega de los pedidos. ¿Llegaremos? ¿No llegaremos?
- Un incremento del coste de las costuras de hasta el 400%. Una vez su jefe ha echado cuentas de los collares y/o correas que le da tiempo a coser en una hora ha habido que hacer un replanteamiento del precio. Esto se lleva fatal con nuestros muy bajos márgenes.
Visto lo visto vamos a tener que comprar una máquina de zapatero de segunda mano y aprender a usarla. He calculado que en los primeros 200 collares y/o correas la hemos amortizado frente al coste nuevo de las costuras, ya que a Amalia le da tiempo a coser entre 3 y 4 veces la cantidad que al perfecto cosedor. Pero no queríamos tener activos en la empresa, y si queremos menor coste y menor estrés es la única solución.
y yo me pregunto...¿cerraremos el círculo en alguna ocasión o vamos a seguir así eternamente?