miércoles, 27 de noviembre de 2013

¡Qué dificil es a veces cerrar el círculo!!

Durante mi etapa de consultora, cuando ibas a un cliente siempre había algo que fallaba: alguien de equipo -nuestro o del cliente -que estaba empezando y sabía poco, o alguien que estaba quemado y o se implicaba, si no era eso, las máquinas no iban, y si no, el proyecto estaba mal dimensionado o era cualquier otra cosa. El caso es que siempre había algo que te provocaba dolores de cabeza.

Ahora, mi nuevo yo vive la misma experiencia. Gracias a Dios, los problemas no son de personas, de actitudes o de dedicación. Esto nos sobra a Ana y a mi. Tampoco son los clientes: tenemos la inmensa suerte de tener unos clientes encantadores.

Pero todo aquello que no depende de nosotras, que necesitamos que trabajen terceros, es un sufrimiento constante. Cuando no son las cintas las que fallan en la trama, son los colores y las tintadas o los plazos de entrega. Cuando no tenemos problemas con las cintas, los tenemos con el plateado de las fornituras que, no se sabe muy bien porqué, fallan y se retrasa la entrega de piezas días y días.

Ahora estamos con las costuras. El zapatero que nos cose lo hace perfecto, pero lentísimo. Parte del trabajo - lo que se puede coser con una máquina doméstica- lo hemos sacado fuera, pero hay costuras que requieren una máquina de zapatero. La lentitud del señor que cose provoca dos problemas:
  1. Un estrés de muerte con los plazos de entrega de los pedidos. ¿Llegaremos? ¿No llegaremos?
  2. Un incremento del coste de las costuras de hasta el 400%. Una vez su jefe ha echado cuentas de los collares y/o correas que le da tiempo a coser en una hora ha habido que hacer un replanteamiento del precio. Esto se lleva fatal con nuestros muy bajos márgenes.
Visto lo visto vamos a tener que comprar una máquina de zapatero de segunda mano y aprender a usarla. He calculado que en los primeros 200 collares y/o correas la hemos amortizado frente al coste nuevo de las costuras, ya que a Amalia le da tiempo a coser entre 3 y 4 veces la cantidad que al perfecto cosedor. Pero no queríamos tener activos en la empresa, y si queremos menor coste y menor estrés es la única solución.

y yo me pregunto...¿cerraremos el círculo en alguna ocasión o vamos a seguir así eternamente?

viernes, 22 de noviembre de 2013

Rastrillo Nuevo Futuro

Estamos muy contentas, una de nuestras clientas, Matilde, de la clinica veterinaria Castellóparticipa de forma activa en el rastrillo de Nuevo Futuro (del 22 de noviembre al 1 de diciembre en el Pabellón de la Pipa de Madrid) y va a llevar nuestros collares en dos "modalidades":
  • Desfile canino: en el desfile que tendrá lugar el lunes 25 a las 4 de la tarde en "La venta del Toro" dentro del pabellón de la Pipa, un perro desfilará con uno de nuestros collares marrones con ranas y su correa a juego.
  • Poniendo a la venta un lote de collares a un precio extraordinario para contribuir a la causa de los niños que viven en los hogares de Nuevo Futuro
Nos sentimos especialmente contentas de estar en este evento aunque sea de forma indirecta, gracias Matilde por permitirnos participar.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Compra artesana

El otro día me enviaron este Whatsup:

"Hagamos un propósito: comprar los regalos de Navidad a pequeñas empresas y autónomos. La vecina que vende por catálogo o por internet, el artesano que hace bisutería, la amiga que tiene una tienda en el barrio, el pastelero que hace unos turrones artesanos, el chico que tiene la parada del mercado,...
Hagamos que el dinero llegue a las personas comunes y no a grandes multinacionales. Así, mas personas tendrán una mejor Navidad. Si te parece una buena propuesta, copia y pégalo. Apoyemos a nuestra gente"

No tengo nada en contra de las multinacionales, sin ellas el mundo no avanzaría y habría muchísimo más paro y menos desarrollo, pero como autónoma, microempresa, con tienda on-line y mucho esfuerzo para alcanzar la distribución, ¡Apoyo la idea!

Nuestra tienda: 1003 collares

miércoles, 6 de noviembre de 2013

La cantidad de gente que no valora su trabajo

El otro día necesitábamos más mosquetones y giratorios para platear y montar los nuevos pedidos que, para nuestra gran alegría están entrando con soltura. Así que llamamos al proveedor y nos dio dos alternativas: acercarnos (invertir entre 2 y 3 horas en ir, atascarnos, aparcar, comprar, atascarnos y volver) o hacer una transferencia, y mandar un mensajero a buscarlos.

Normalmente hubiéramos optado por la solución 1 por ahorrar tiempo y dinero, pero tenemos tanto trabajo que optamos por la 2 con la cosa de que la mensajera fue una amiga que trabaja por la zona y no nos cobró nada por el trabajillo.

Teníamos que esperar hasta que el dinero de la transferencia estuviera en cuenta, ya que parece ser que alguien les había enviado justificante del traspaso, ellos habían enviado la mercancía y cuando habían ido a mirar el banco la transferencia no se había hecho. Hasta aquí, cutre pero normal.

Lo flipante fue al día siguiente, cuando llamamos para verificar que podíamos recoger la mercancía. Para ello tenían que verificar el saldo del banco y nos indicó la chica que nos atendió que la persona que mira el banco no estaba.  También normal.

Lo increíble fue el poco interés que demostró esta persona en darnos más información, averiguar cuando viene la persona con acceso a bancos, buscar una solución para su clientes, o mostrar siquiera algo de empatía.  No estaba y punto. Y que nos den morcilla...

Yo creo que cuido a mis clientes, me preocupo por ellos, por dar un servicio adecuado y, si tienen prisa, por atenderles de forma proactiva y diligente. Pero claro, debe de ser que no tengo un salario garantizado, o que valoro mi trabajo en mucho más que esta señorita.

Pienso que muchos de los males que sufren las empresas vienen originados por este tipo de atención que muchos de los que tratan con los clientes les dispensan. Estoy buscando proveedor alternativo...